martes, 20 de marzo de 2007

¿Sabes qué es lo peor de todo?

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Viernes 16 de febrero de 2007
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Hola Xxxx,

¿Cómo estás?

Yo bien. No sé porqué me levanto a las 5 de la mañana, pero aquí estoy frente a la compu leyendo desde biopiratería hasta poesía, pasando, obviamente, por reforma universitaria, gestión de proyectos, LGT, TLC, ETC., etc... lo que se puede hacer unas horas antes de empezar el día...

No se porqué te escribo, tal vez porque tengo ganas de hacerlo (de escribir). Niña me preocupa tu actitud, espero que sea sólo hacia mí.

Me permito darte uno que otro consejo. Espero que no te incomode y si lo hace que más da.

Empiezo.

¿Cuándo fue la última vez que saliste a caminar? Sí, a huevear por ahí, sin rumbo, a donde los pies te lleven, a no pensar en nada, tal vez a preguntarte porqué mierda caminas. Te pregunto esto porque fuiste tu la que me sugirió eso (en otro contexto, pero creo que el fin es el mismo) Yo hace poco. Voy al parque de mi cole (el que nunca pude llevarte a conocer), al malecón del parque Salazar (el más bonito del Perú!), ciclovía de la Arequipa. El 14 tomé el carro y salí a distraerme, sin rumbo, manejando a 15-20 kph, con una cerveza en la mano, escuchando Radio Mar Plus (categóricamente superior... AYY QUE RICOOO!) ¿Sabes? Fue bonito.

¿Cuándo fue la última salida con tus amigos y amigas? Una de las razones por la que me terminaste (obviamente, yo se que es una rataza que me trataste de meter, pero igual lo dijiste). Estoy seguro que hace mucho. No te engañes, los de Metro no cuentan. Me encontré con Diana, me acordé de ella, ella también de mí. Me preguntó por ti. Yo también le pregunté por ti. Ella me dijo que no te veía hace mucho. Yo le dije que no te veía hace mucho, y tampoco quieres que sepa de ti. Nos reímos. Muy buena chica, la estuve buscando en tu hi5 para agradecerle su atención desinteresada.

No quiero seguir con los cuestionamientos. No tiene caso. Con uno o dos ejemplos suficientes.

Pero no quiero ser mezquino contigo. Que no parezca revancha. Haces tantas cosas. Llevas cursos en la universidad, estudias inglés, trabajas. ¡WOW!. Sin duda admirable, a cuantos nos gustaría tener esa entereza, esa determinación para sacar adelante tantos pequeños proyectos.

Una vez Jorge cuestionó mi forma de ver las cosas, me dijo: "¿De qué te sirve el éxito profesional si no eres feliz?". No supe que decir: "Tal vez el éxito profesional traiga felicidad. No sé.", pero esa no era la pregunta. No supe que responderle, y traté de hacerlo durante toda la conversación, y trato de hacerlo ahora. Es porque se me es difícil cambiar mi visión del mundo, pero tú y yo sabemos la respuesta.
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No pretendo que dejes de hacer las cosas que estás haciendo y te vuelvas una pajera haciendo nada. No. Sólo quiero que reflexiones adonde llevas tu vida. Tal vez a tus amigos no les importe, total "¡estas haciendo muchas cosas! manya, que capa!", tampoco sé porque me importa... Ya te dije tal vez sólo tenía ganas de escribir y tu eres mi víctima.
O tal vez no sea así. Tal vez mi corazón está buscando a la chiquita que se apareció a mediados de abril del año pasado saltando en la FEUA toda sonriente ella, con sus zapatillas moradas-sucias, con su pantalón suelto, usado ya por tercera vez en la semana, que no dejaba que se le viera el poto, con su polo negro manga larga, su cadenita (que luego me enteré que era Simba) en el cuello, y su pelo corto amarrado hacia atrás con uno que otro mechón despeinado que caía por su cara, buscando a un loco de mierda que le dijeron que podía ayudarla a conseguir algo "imposible". De todo esto lo cierto es que no era algo imposible, y que la chiquita ya no se ha vuelto a aparecer, pocas veces para ser exacto. Los sueños se estrellaron con la realidad. Chocaron con lo que espera nuestra familia, lo que esperan nuestros amigos, lo que esperan todos -menos uno mismo- de uno.
Y así es pues, la vida pasa frente a uno. Todos piensan que estamos bien. Pero no nos ven cuando nos encerramos en nuestros cuartos a llorar, o cuando nos levantamos pensando "¡qué día de mierda!", cuando contestamos el teléfono con una voz de mierda al webon que nos llama en la mañana a saludar, cuando el día de la amistad es un día para cojudos...

Seguro dirás: "¡que pesado este webón!, acaso no se da cuenta que no quiero saber nada de él". Pero no se trata de mí, tú eres la que falta a su palabra. Se trata de ti.

Espero que hayas perdido mucho tiempo leyendo esto, tiempo valioso, y que te caiga pesado porque no me arrepiento de haberlo hecho (que pierdas el tiempo).

No tomes esto como "el consejo de un amigo" porque ni eso me siento tuyo. Tómalo como la preocupación de alguien que alguna vez te quiso tanto que dejó su orgullo de lado. Puede tomar el nombre que sea: compañero, camarada, conocido, afecto, aliado, incondicional, inseparable, leal, partidario, hasta amante. Para los efectos da igual, no tiene importancia.

¿Sabes qué es lo peor de todo? Que me da mismo si me respondes o no. Algo significará. Algo. Ojala cambie. Espero que si.

Suerte en todo lo que te propongas. Aunque no parezca te admiro inadvertidamente ;o)

¡Que el último apague la luz!

Cuídate mucho.
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Gonzalo

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