Lo siento

Te digo adiós si acaso te quiero todavía

Quizas no he de olvidarte... pero te digo adiós

No sé si me quisiste... no se si te quería

O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

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José Angel Buesa

Poema De La Despedida

La cagué.

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Arremetí contra ti como si tuviera derecho, como si todo lo dicho fuera cierto. Pensé que tenías que entenderme, porque, claro está, tenía razón. Pensé que eras mala y mezquina, y que definitivamente no te importaba nuestra amistad. Pensé que eras falsa conmigo, por ende te merecías lo que tenía yo para ti. Pensé todo eso y más y por eso no tuve reparos en decirte lo que te dije. Te pedí no ser más amigos, porque no aguanto ese tipo de relaciones. Por lo menos esa noche así lo sentí.

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Días después una sensación de culpa invadío mi tranquilidad, mi felicidad, mi espacio.

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Se podría decir que pocas veces desde el 2007 -que se sepa que es el peor de mis 22 años vividos- casi todo me sale bien, si no es todo. Estoy haciendo lo que quiero, y curiosamente, no es nada malo, y más curioso aún es que parte de lo que quiero hacer es estudiar. La gente suele catalogar los momentos de felicidad más recientes como "los momentos más felices de sus vidas", y sin temor en ser uno de ellos, este es uno de esos momentos. Así fue hasta que -como repito- una sensación de culpa me invadió.

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Entre beta-oxidación de lípidos y biosíntesis de los mismos, analicé mis acciones, y fue cuando sentí que la había cagado, y bien feo pa' colmo. Pero eso no quedó ahi nomás. Fui más lejos. Me puse a pensar el porqué de mi reacción y mis reclamos. Las evidencias eran estremecedoras, a todas luces pensé estar loco. Yo que tantas veces había etiquetado de bipolar a varios babosos, ahora me estaba comportando como uno. Me di pena. Y es que es dificil aceptar que eres un loco-sin razón. ¡Lo peor es no tener razón! Porque en fin, con razón parecería menos cojudo. ¡Pero no! No la tenía.

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Tenía que pedir disculpas, a pesar de lo ya dicho, era una obligación hacerlo. No se puede andar por la vida haciendo daño. No se puede cometer errores y hacerte el loco para que todo pase. No se puede decir todo lo que uno siente, ya que nuestra verdad no es la verdad. No se puede faltar a la confianza de las personas que te llaman "amigo". No se puede fallar a un amigo. No se puede y yo pude. Una vida tratando de hacer lo que se debe y toda mi bestialidad me asalta por escazos minutos, los suficientes como para deshonrarme. ¡Así es! Porque todo lo que le haces a los demás es como hacertelo a ti mismo (y no es por esa estupidez del karma, cosa que no creo).

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En casos como estos, del tipo sentimental-amical, es común que la persona arrepentida sea humillada, que sea increpada a responder por las acciones de las que se arrepiente. Si no se arrepintiera pediría explicar los hechos tratando de buscar justificación alguna antes de pedir disculpas. Y como es obvio y compresible, la persona ofendida se siente en el derecho a maltratar al arrepentido, tratantdo -no sé si conciente o inconcientemente- de suministrar la misma dosis de dolor a la que fue sometida. Así pasa en el 97% de los casos. Orgullo, resentimiento, no sé. Sabiendo esto, y conociendo a mi interlocutora decidí pedir disculpas y enfrentar las consecuencias de mis actos.

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A veces, lo más fácil es saber lo que se tiene que hacer, lo difícil es hacerlo.

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Reaccionó como sabía que lo haría. ¿Y qué quieres que haga? -dijo ella. Y tiene razón. Dentro de mi estupidez no había advertido el terrible daño que le había causado. Hasta ahora no sé cuanto dolor causé, no lo puedo entender. Eso es grave, quizá más grave que el daño causado, ya que no sé cómo reparar lo ya cagado. No digo que sea exagerada, sólo que no puedo solucionar el problema. Se me escapó de las manos...

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Tendré presente tus consejos...

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No sé si he hecho bien disculpandome, parece que a ti te parece un acto de provocación, un sin sentido de un sin vergüenza. Aunque no lo creas es un acto de humildad y arrepentimiento. Antes de pedirte disculpas, me sentía normal (total ha pasado una casi semana), es más, pensé que mejor era olvidar todo, dejarlo así. Ahora, algo aliviado con mi conciencia y herido en el alma, me siento mal, muy mal. Es lo que merezco y lo acepto. Abrigaré la esperanza que todo sea como antes, aunque sea sólo eso: esperanza.

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Si nos cruzamos, ¿nos saludaremos como si nada hubiera pasado? ¿o no lo haremos? Prefiero la cortesia, pero no me gusta la conchudez. Entiendo que quieras pensar feo de mi y que desprecies lo pasado (aunque nada lo cambie).

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Hazme un favor, cuando te acuerdes de mi por algo (si es que lo haces) no lo hagas con rencor, no es bueno para ti =o) y como te habrás dado cuenta, no lo merezco.

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Aunque no seamos amigos te quiero y te extraño. Es raro -como el arrepentimiento- no se explica, sólo se siente.

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¡Éxitos!

Pista Nueva meditaishon

:: Marcelo Rusca ::

No malgastes tu tiempo en buscar cosas materiales,
encerrando tu vida en este mundo banal.
Que tu alma y mente vayan mas allá de las fronteras que el sistema quiere imponer,
más allá de la rutina que come y carcome tu felicidad.
Canta una canción,
mira el mar,
mira solo en la playa las estrellas y siente el despegar,
siente la naturaleza,
aprende a amar; no hay futuro, sólo hay presente,
nada contra la corriente,
no quieras satisfacer la vista del montón,
sigue el latido de tu corazón,
no hay moneda que te compre,
no hay tristeza que no soportes.

mi loquita =o) (continuación)

Gordo, me acabo de poner mi pijamita

y huele a ti, tiene tu perfume

y me entristece porque te extraño :'(

Te adoro Precioso <3

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Loquita

7-Mar-2008

00:05:05 a.m.

Me armé de valor, tenía que decirlo rápido y sin anestecia. Darle vueltas al asunto, dejar que ella piense una respuesta inteligente sería malo. Además, yo estaba convencido de seguir firme en mi decisión. Caballero, [así] pasa mejor.

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En el carro de vuelta a su casa, se lo dije. Ella lloró, se quejó, me rompió el alma, pero no la merecía (menos los peleles que me siguieron). Ella tan buena, tan desprendida y yo un poco más que una bolsa de basura de chifa del centro de Lima. Le dije que la adoraba, que la quería mucho mucho, fue la primera vez que se lo dije y, curiosamente, la primera vez que lo sentí. Le dije que tenía que superar sus fantasmas, tenía que hacerlo sola, que era una empresa que no podíamos emprender juntos, que la apoyaría en todo, que podíamos ser buenos amigos, total confianza sobraba. Como todo mujer -mentirosa- me dio las gracias y entre lágrimas y confesiones me juro amistad eterna... Fue difícil, pero citando a Clímaco: "lo hecho, hecho está".

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Al día siguiente la extrañaba. Había formado parte de mi rutina, de mis mensajes, de mi cariño, mis caricias y besos, si bien depositarias de mis manías podría ser cualquier chica, no era adecuado, mucho menos justo, ¿de caballeros? ni hablar.

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Tres o cuatro días después, luego de Semana Santa, ella estaba con un chico... JAJAJAJAJA! Lo conoció en unas obras sociales y al toque se "enamoro". Se besaron, miraron las estrellas juntos, rieron y se juraron amor ¿Porque no? a estas alturas nada suena raro. Obviamente, el tipo era un chibolo de mierda (el adjetivo calificativo corre por mi cuenta sin taxes). Me causó mucha gracia. Orgulloso como soy debí haber estado dolido, molesto, indignado -¡NO ME JODAN PUES!-, pero no. Me daba risa. No podía entender cómo las lágrimas (postizas) y lo vivido (que lo corto no quita lo intenso) se fue en menos de un día, ni siquiera dos. Pero si todo eso parece malo, peor fue que la felicité por su nueva conquista, con la sinceridad de un padre orgulloso. Todo eso fue una clara señal que no estaba enamorado y que terminar la relacion fue lo mejor para mi, no sé si para ella. Cada uno baila con su pañuelo, ella me lo demostró.

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Desde el día que me despedí de ella en el auto no la he vuelto a ver, salvo en la Noche en Blanco, que andaba borracha y algo drogada (había fumado por segunda vez en su vida), y una o dos veces que la fui a visitar a su universidad.

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Escribo todo esto porque hoy me di cuenta que ya no vale la pena seguir con nuestra "amistad". Amistad que ella la lleva como una pesada mochila, como diciendo "que más da", como si lo antes vivido la obligara a mantener algún tipo de vínculo conmigo. Te diré -ojala leas esto- que yo no soy como tu ex, eso remedo de hombre, emo de mierda, que habló mal de ti. Respeto tus decisiones, aciertos y equivocaciones, pero sobre todo respeto lo que pasó entre nosotros, que lejos a ser catalogada como la historia romántica del verano, tiene algo de importante porque fue sincera, sin amor de pareja (más amical) creo que te traté mejor que esos que te mintieron diciendote cosas que no sentían y que te hacían feliz, tu lo sabes y yo lo sé.

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Termino nuestra amistad porque no me llena, porque te pesa. Porque ni siquiera eres capaz de decirme que no quieres verme, porque prefieres mentirme, y más que entenderte te destesto por las excusas patéticas que das, porque odio la mentira...

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Ella me dice "recuerda que te quiero mucho, ya?", y lo único que recuerdo es que me quería cuando no esa sincero con ella, cuando mantuve el andamiaje de nuestra relación. Hoy le dije a mi Loquita que ya fue, que no aguanto las cosas así, como si nada hubiera pasado, o como si lo pasado hubiese sido feo. No le pido mucho. Un saludo, un abrazo, un beso. ¿Es tan difícil? Depende...

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Chau.

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Triste como estoy, abrigo en el fondo de mi ser, entre el hígado y el estómago -espacio que no admite dudas-, la esperanza de que la decisión tomada es la mejor, y tal vez en el futuro retomemos esta amistad que no tuvo porqué ser tan diferente... por eso la carita feliz =o)

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Te quiero, así no te importe, así no lo entiendas, así no me creas...

mi loquita =o)

Gracias x la noche genial de hoy mi Amor! :-)

Me haces tan feliz y me haces sentir una princesa :-D

Quiero mil noches asi contigo :-)

Te adoro! :-)

Loquita

24-Feb-2008

5:11:28 a.m.

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No sé todavía porqué le dije que era mejor no vernos más, no sé porqué fui tan cobarde, menos aún porqué recien me pongo a pensar en esto que pasó hace mas de cuatro meses.

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En honor a la verdad si lo sabía, razones me -nos- sobraban, eran tantas que asombraba las ganas de compartir tardes y noches juntos. Igual fui un cobarde, admito que parte de lo que se viene es también mi culpa.

Mi Loquita (que su nombre quede reservado para nosotros dos) es una chica linda, buena, bonita, querendona, tierna, engreida, panzona, aristocrática, sencilla y de buenos sentimientos. Una de las cosas que más me gustaba de ella -a pesar que me molesta la cultura consumista- y que nunca se lo dije, es que me encantaba que vista a la moda, con ropa paja y de buen gusto, pero sobretodo siempre estaba bien presentada, peinadita y olía rico.

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Nunca estuvimos en gileos, sólo salimos dos veces y si es que eso cuentan como salidas. Un día viendo tele, tomando chelas y comiendo tortees picantes en el sofá nos besamos -claro está- porque ella quizo. Sé lo que vio en mi, pero por orgullo preferí no sacarlo a la luz. Lo curioso es que yo no sé que vi en ella -más allá de su integilencia y notable simpatía- no la conocía, no teníamos (ni tenemos) temas en común y me molestaba demasiado la manera abrumadora de prestarme atención, como si cada cosa que le contara fuese una proesa o un acto digno de una miniserie de Michelle Alexander. Sinceramente, no sé lo que busco en una mujer, pero si sé lo que NO busco, y a pesar q ella tenía todo lo que siempre me ha gustado en una chica, ella tiraba más a lo segundo. No tiene nada de malo, por el contrario, todo de bueno, pero hay personas que sólo sirven para ser buenos amigos.

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Siempre podía contar con ella, es obvio, le gustaba. Es lo bonito que alguien esté intereado en ti, hará todo lo que le pidas sin pensarlo, lo hará porque "te quiere". Ella me juraba y rejuraba amor. Si, amor. Para mi, un incredulo, es anormal que una chica se enamore tanto y tan rápido. Sin ánimo de sonar cagón, nunca le creí y, aunque inflaba mi ego, me llenaba de nervios. Siempre temí la posibilidad de que me lo preguntase en un acto medio comprometedor (menos prometedor y más metedor) y no saber que responderle. Para la mayoria de chicos es fácil, todos responden a la pregunta afirmativamente:

¿Me quieres?- te pregunta mirandote fijamente con sus ojos de burro castigado.

-Te amo mi vida, nunca me sentí así- respondes y juaz!

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Lamentablemente para mi esa pregunta no es tan facil de responder. Hay dos cosas que sé hacer muy bien: mentir y emborracharme; acaso las únicas cosas que hago bien. Pero ambas -salvo excepciones- por convicción estoy prohibido hacerlas, mucho menos si los sentimientos sinceros (aunque inversosímiles para mi) de una chica están de pormedio. Felizmente nunca lo preguntó.

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A pesar que no me creía todo esto, si me gustaba pasar tiempo con ella... creo que perdí el rumbo de mis convicciones. Ella me trataba tan bien, era tan dulce, tan bella y yo -maricón como todo hombre- no tuve el valor de decirle que no siga así, por el contrario alimentaba su equivcación con besos y abrazos, que por curioso que parezca, se los daba con mucho amor. Pensándolo friamente, tal vez estuve medio ahuevado.

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¡Qué más da! Ella se lo buscó, se lo advertí pero no me hizo caso. Reflexión ligera y comodona, pero lo cierto es que no podía seguir "aprovechandome" de ella. Digo esto, no porque lo haya hecho, siempre la trate con cariño y respeto (cosa que reconoce con gratitud) a falta de amor sincero es un bueno -creo-, sino que es de poco hombre continuar con algo que sabes que no es. Para los que se enamoran perdidamente, lo que más importa no es que tu pareja te quiera, sino que siempre esté contigo. Lo que hacen los pendejos es alimentar ese falso amor. Lo que hacemos los tarados es decir la verdad y privarnos de los beneficios del amor.

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[Continúa...]