Puro amor

[¿Qué es lo que ofreció Perú hoy aparte de entrega?]

Huevos, huevos yyy... !una actitud de la CONCHA-SU-MARE!

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Carlos Zambrano

(Respuesta del seleccionado peruano

a periosdista de canal 4)

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No lo puedo creer.

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Nunca en mi vida he gritado un gol de Perú, mucho menos pensé hacerlo con tanta emoción. Más allá del resultado obtenido, y que no iremos al mundial así se ganen todos los partidos que vienen, Perú jugó como nunca -por lo menos desde que soy aficionado a este deporte-. Jugó sin miedo, con amor, con agresividad y humildad. Luchando todas las bolas. Subiendo, bajando, puteando, alentándose, como si porfin entendieran que dependian unos de otros, que el error de uno era el de todos. Jugaron por ellos. Jugaron como amigos. Jugaron como equipo.

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Siempre he pensado que el esfuerzo, la dedicación y el corazón pueden superar la falta de talento. Siempre lo pensé y nunca vi eso en las selecciones peruanas. Nunca tuve la oportunidad de comprobar mi teoría, hasta hoy, claro está.

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Cuando Argentina metió el gol pensé que no era justo, que no se habían esforzado, que Perú fue más. Pero más allá de desmoralizarse, bajar los ánimos, de pensar que 7 minutos no son suficientes, Perú se recuperó de su shock en 1 minuto y los siguientes 6 se comprometieron tácitamente a empatar el partido. No sé como describir esas ganas de Perú son simplemente extraordinarias. Llevar la resistencia al limite, cuando el cuerpo te suplica rendirte, y la cabeza le da cabida a esas súplicas, en lo más profundo de las entrañas sale el último, el últimito aliento de amor propio, que te dice que todo lo hecho es por algo, que hay que estar dispuesto a enfrentar el dolor y superarlo para hacerte mejor. Que la próxima jugada seguro será gol, y si no lo es, lo será la próxima.

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Perú no empató porque jugó mejor o porque merecía hacerlo, sino que lo hizo porque creyó que podía y se esforzó por ello.
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¡Sí se pudo!